En Centroamérica, en muchos hogares receptores de remesas aún no existe la cultura de convertirlas en activos, ni ha habido, de parte de los estados, la iniciativa de facilitar esta actividad para incrementar su impacto en la economía
Por Leyla Jarquín para El nuevo diario (Nicaragua) – 26/10/2012
Una vez demostrado que las remesas juegan un rol fundamental en el desarrollo de la economía familiar y de un país, existe el reto de aprender a mejorar el funcionamiento de este recurso, tanto desde la actitud de los receptores, como desde las políticas públicas.
Esa fue una de las reflexiones que quedó entre los asistentes a la presentación del libro “América Latina y el Caribe: desarrollo, migración y remesas”, de Manuel Orozco, Director del Programa de Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, DI.
Y es que a pesar de que a nivel latinoamericano las remesas representan un flujo de US$68,000 millones, y a nivel centroamericano el 50% de los ingresos en los hogares receptores, aún no existe la cultura de convertirlas en activos, ni ha habido, de parte de los estados, la iniciativa de facilitar esta actividad para incrementar su impacto en la economía.