Por Susana Reinoso · La Nación
Los jóvenes editores que buscan su lugar en el mundo digital del libro dicen que, como producto cultural, éste ya dejó de ser resorte exclusivo de un autor y un editor, para convertirse en «una network» en la que interviene un equipo en red desde diversos puntos del planeta, hasta que el libro (todavía en soporte papel) se convierte en realidad en manos de un lector.