Por Socorro Estrada · Clarín
Un escritor demora dos años, en promedio, para terminar una novela y conseguir una editorial que se la publique. Los editores se toman meses para producir el libro terminado -diseño, diagramación, corrección- hasta llegar a la imprenta y la distribución en librerías. Se trata de un título que podrá vender, o no, cientos de ejemplares. Pero ese libro nuevo llegará a las librerías dentro del paquete de novedades mensuales -una librería importante recibe mil títulos por mes- y la realidad es que los libreros apenas logran saber de qué se trata. Treinta días después, si esa novela no fue un éxito de ventas, las librerías la incluirán entre las devoluciones del mes y los ejemplares volverán al depósito de las editoriales. Con suerte, ese libro terminará en una mesa de saldos donde se lo liquidará a bajo precio. Si no, se convertirá en pulpa de papel.