Por Gabriela Baby para Clase Ejecutiva – 28/6/2012
Desplazará el e-book a los libros en papel? ¿Será la web la nueva biblioteca de Alejandría? ¿Cuál será el rol del editor en el mundo virtual? ¿Cómo resolver temas tan urgentes como la piratería y el derecho de autor? Ocurre que, desde la invención de la imprenta, en 1420, el arte de producir libros no había sufrido grandes cambios. Desde hace siglos, la industria que nos da de leer funciona poniendo en relación económico-productiva a un autor, un editor, una imprenta, un distribuidor y un vendedor o librero, eslabones de una cadena que demostró solidez inquebrantable.
Hasta ahora. Porque otra vez un salto tecnológico -digital- conmociona fuertemente a la industria editorial. Por un lado, la impresión por demanda podría desplazar a la imprenta, el e-book condenaría al ostracismo al libro de papel y la disponibilidad on-line de material volvería fútil la figura del librero. ¿Cómo enfrenta el sector estas novedades tecnológicas?
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Mientras tanto, los portales especializados en venta de e-books se multiplican. Desde librerías virtuales como Grammata o El Aleph Libros hasta proveedores de e-readers como Tienda Movistar, entre otras, apuestan a crecer en el nicho de los lectores electrónicos. BajarLibros.com, por ejemplo, es una tienda on-line que tiene 40 mil títulos disponibles para descargar en iPad, Papyre o PC. También algunos canales de venta convencionales, como Librerías Santa Fe y La Boutique del Libro, ya tienen su mostrador virtual. En tanto, los editores discuten el precio que debería tener cada texto digital que, por cierto, no tiene costos de impresión, de distribución ni de depósito. «Como regla general, un e-book puede costar la mitad o incluso menos que la versión papel. Con respecto a los e-readers, su costo no cesa de caer: hoy ya se consiguen modelos a u$s 80», sostiene Octavio Kulesz, miembro de Digital Minds Network, una red de editores digitales de Latinoamérica, Egipto y Sudáfrica.