Con el avance de la tecnología y las comunicaciones, los agrupamientos de productores, emprendedores y empresarios, urbanos o rurales, se encuentran cada vez más cerca para concretar negocios que antiguamente no hubieran podido lograr. Este avance de la tecnología hacia nuevos sectores —antes excluidos— debe ser reconocido por el derecho marcario.
Justamente aquellos que históricamente tenían menos acceso a los mercados —a causa de las enormes distancias de estas tierras y de las penurias económicas de las últimas décadas— son justamente quienes día a día aportan al desarrollo de la nación. La protección de sus productos y servicios por medio de una marca no podía esperar.
La marca colectiva nace precisamente para fomentar el desarrollo de esos innumerables actores anónimos de la economía social y en definitiva de la sociedad toda. La marca colectiva es la marca de un grupo, de una comunidad de personas, de una comunidad de intereses. Es la marca que impulsa el crecimiento del país.
Claudio Iglesias Darriba es abogado egresado con diploma de honor por la Universidad Nacional de Buenos Aires y doctor en Sociología. Ha sido becario de los Gobiernos de Francia, Italia y Malasia. Cursó Estudios en Gran Bretaña y España. Es especialista en Propiedad Industrial y autor de diversos trabajos sobre la materia.