Argentina, la ciencia, la divulgación
Por Nicolas Olszevicki – Página 12
Cada uno de los cientos de mails diarios que me envía el insufrible y querido editor de este suplemento viene encabezado por una simpática frase que acuñó él mismo: “La divulgación científica es la continuación de la ciencia por otros medios”. Tal expresión es una declaración de principios y una justificación de la existencia de Futuro y del trabajo intelectual de todos los divulgadores del mundo. Porque, como dice y repite Leonardo Moledo, la ciencia se hace en el laboratorio pero también en la comunicación y en el intercambio. La ciencia es parte de la cultura y, por lo tanto, tiene que ser apropiada socialmente. La divulgación científica, como disciplina, es tan importante como la propia ciencia.
Es tan importante como la propia ciencia y, por suerte, al menos en nuestro país, está en un clarísimo momento de expansión. ¿Cómo no habríamos de dedicarle estas líneas, entonces, a la publicación del primer libro sobre la historia de la divulgación científica en Argentina? Diana Cazaux, directora de la diplomatura de Divulgación Científica de la Universidad de Morón, emprende la difícil tarea de reconstruir esta historia con una rigurosidad documental y una extensión que dejan pasmado: desde los tiempos de la colonia hasta el redespertar de la ciencia y la divulgación producido bajo los mandatos kirchneristas, la autora se encarga de dejar en claro el innegable vínculo que une ciencia con divulgación. Una historia de la divulgación, queda claro, no puede ser otra cosa que una historia de la ciencia, pero por otros medios.