La publicación de un libro merece siempre ser celebrada, aunque debo decir que este resulta muy especial ya desde el inicio, al llevar en su título el término territorios. Nos ubica de entrada en una dimensión espacial y al mismo tiempo resulta en una invitación a iniciar un recorrido. Si le agregamos el otro término, postkleinianos, sabemos que la lectura no va a ser como una travesía pasible de ser guiada por un mapa. Es ahí donde se torna más presente Jorge Luis Borges, cuando alerta sobre la imposibilidad de que una cartografía exacta dé cuenta de una superficie.
Los capítulos nos van llevando en un recorrido exento de certezas, siempre fiel al espíritu de los seguidores de Melanie Klein, quienes, a partir de resquicios que ella dejó abiertos, desarrollaron sus propios aportes, que han permitido que el método analítico pueda utilizarse con pacientes muy perturbados y con niños muy pequeños. De eso dan cuenta los autores que componen esta publicación, y como dicen los editores, esta línea de pensamiento deriva de una práctica que conlleva una vitalidad muy particular.
El recorrido sobre la obra de Donald Meltzer, la práctica en el Método Bick de Observación de Bebés, la semiótica, el trabajo analítico con pacientes psicóticos, el encuadre, la sexualidad femenina y otros temas muestran un psicoanálisis vivo y abierto.
El peso que se otorga al contexto resulta insoslayable en estos momentos. Lo social sin dudas produce modificaciones observables en la clínica. Por su parte, el modelo postkleiniano aporta la perspectiva necesaria sobre las invariantes del método como objeto de observación y sus transformaciones.
Este es un libro para leer y para disfrutar. Resulta en un tributo a varios autores entre los que resalta Donald Meltzer, quien fuera mi maestro. Conocerlo y trabajar con él me cambió como persona y como psicoanalista. Suzanne Maiello en el primer capítulo cita un texto en el que Meltzer reconoce lo que aprendió de sus maestros para luego afirmar que llega un momento en el que “uno se lanza desde el muelle hacia el mar abierto y está solo…”. Su pensamiento, obra y dedicación al psicoanálisis constituyen una parte importante del muelle que me permitió lanzarme hacia el mar abierto, y ahí estoy ahora.
Virginia Ungar
Presidente de API