Así como la historia de la filosofía supo, desde el Fedro de Platón, tratar a la escritura como una instancia secundaria o derivada con respecto al habla, creyéndola siempre una especie de instrumento maléfico o malicioso en relación con la palabra hablada, la historia de la filosofía política hizo lo propio en su intento por abordar y explicar la política. En su clásico texto de los ’60, en De la gramatología, Derrida denominó a este gesto fundante del pensamiento occidental, el que piensa a la voz como el lugar originario del ser o de la apertura a lo que es, es decir a nuestra experiencia, con el nombre de logocentrismo. A partir de los ocho breves ensayos que componen este libro, el autor se propone indagar el modo en el que este horizonte logocéntrico que caracteriza a la filosofía, o a buena parte de ella, delimita también, y en buena medida, la concepción que de la política traza la filosofía política desde Aristóteles, pasando por Marx, Arendt, Rousseau y Rancière. Los textos vuelven, así, una y otra vez sobre la misma pregunta: ¿desplazamos el horizonte logocéntrico para pensar la política? ¿Sólo hay política cuando alzamos la voz en el espacio público? ¿Qué forma de la política le corresponde, pues, a la escritura?
Es Doctor en Filosofía por la Universidad de Paris VIII y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como investigador en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín, y es docente en la Univerisdad de Buenos Aires. Sus principales áreas de investigación son la filosofía y la teoría política. Es autor de Politique de l’écriture (Paris, L’Harmattan, 2018) y de El parpadeo de la política. Ensayo sobre el gesto y la escritura (Miño y Dávila, Buenos Aires, 2020).