Este escrito va dirigido a administradores, gestores y directivos de instituciones escolares. El autor no es ninguna de esas cosas. Ha dedicado treinta años al estudio y la docencia de la Antropología Pedagógica y la Teoría de la Educación, entre otras materias, en la Universidad Complutense de Madrid. Supongo que puede tener algún interés que un teórico, como el que suscribe, trate de hacer partícipes a personas que no lo son, de algunas reflexiones acerca de lo que ocurre puertas adentro del aula, pensadas desde su experiencia docente en la Universidad, así como, unos años antes, en varios Institutos de Bachillerato de Madrid.
No soy directivo ni lo he sido nunca. Pero sí he dedicado muchos miles de horas a dar clase. Lógicamente, ahí se ven las cosas desde otro ángulo que el que ofrece un despacho. De cruzar esas dos perspectivas tal vez pueda salir algo interesante. En todo caso, mi propósito es compartir la óptica de un docente con quienes están en las tareas de la gestión, la dirección y la organización escolar. Naturalmente, puedo hablar de la mía, bien que la he contrastado con muchos colegas. No hace falta gran perspicacia para comprender las ventajas que para ambos gremios profesionales, y para toda la comunidad escolar, tiene que las personas que se ocupan en esos trabajos conozcan las preocupaciones e inquietudes de quienes se dedican a la tarea de enseñar.
José María Barrio Maestre es Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, donde ejerce como Profesor Titular. Antes enseñó Filosofía y Ética en Institutos de Bachillerato de Madrid. Amplió estudios postdoctorales en Alemania y Austria. Ha publicado 15 libros, más de 50 en colaboración, y más de un centenar de artículos en revistas de Filosofía y Educación. Ha traducido al castellano más de 50 trabajos de profesores alemanes, y 3 libros de Robert Spaemann.