Por Gabriel Lerman – Página 12
El mérito de una biblioteca puede estar en la conservación de su acervo y, en un grado de mayor exigencia, en el fomento y el hospedaje de una vida cultural. Con eso bastaría para justificar su existencia o al menos podría ser un piso desde el cual pensar sus vínculos con la comunidad, con los investigadores y el público lector. Ahora bien, tratándose de una biblioteca de ancha historia e incalculable alcance simbólico resulta sumamente alentador. Es el caso de la actualidad de la Biblioteca Nacional. A través de los concursos de becas Mariano Moreno y Félix de Azara, se buscó estimular la labor de investigadores independientes, en condiciones que no necesariamente reproduzcan los patrones de la institución académica y que, por el contrario, recreen ámbitos y temas que no siempre son del interés inmediato de aspirantes a carrera, jurados establecidos y cartillas rutinarias. (…) Mediante un acuerdo entre el sello editorial de la BN y editorial Teseo, es posible acceder a los títulos ganadores de dichos concursos.