Las negociaciones de adhesión entre la República de Turquía y la Unión Europea poseen cincuenta largos años de historia.
La normativa turca que regula el ejercicio de los derechos humanos ha merecido serios cuestionamientos legales y políticos por parte de las instituciones europeas que velan por la promoción de la democracia, la protección de los derechos humanos y el fortalecimiento del Estado de Derecho en todo el mundo. La insatisfactoria tutela que aún posee el país candidato, conforme a los Criterios de Copenhague, ha hecho levantar la voz tanto de organismos internacionales como de organizaciones no gubernamentales alertando acerca del peligro al que se expone a la sociedad turca cuando se busca silenciar a los defensores de los derechos humanos y reprimir violentamente todo aquello que se expresa discrepante del sistema socio-político.
Las marchas y contramarchas políticas e institucionales en el camino de la apertura democrática y el libre ejercicio de los derechos esenciales del ser humano han provocado una profunda dilación del proceso de adhesión, reteniendo a Turquía en las puertas de la Unión Europea.
Estas consideraciones llevan a preguntarse de qué manera los derechos humanos condicionan la integración de Turquía a la Unión Europea.