En el año 1965 P. Ricoeur publicó un artículo titulado “Existencia y hermenéutica” en el que distinguió dos maneras de entender la hermenéutica: la vía corta y la vía larga. Esta distinción, de neto corte metodológico, tenía la intención fundamental de diferenciar el proyecto ontológico heideggeriano de su propia manera de concebir la hermenéutica. La diferencia crucial entre Heidegger y Ricoeur radica en lo que podría denominarse la incorporación explícita del problema del método al ámbito de la reflexión hermenéutica. Según la lectura de Ricoeur, el proyecto ontológico heideggeriano se caracteriza justamente por proponer un acceso directo, sin ningún tipo de rodeo metodológico, al tema de la investigación. Esta imagen de la formación de los conceptos del pensamiento heideggeriano, que prescinde del problema metodológico de la vía de acceso al punto de vista filosófico, que defiende algo así como una suerte de intucionismo acrítico, y que se valida a sí mismo en la analítica de la finitud del Dasein perdió verosimilitud y fuerza argumentativa. Desde el comienzo de su camino filosófico hasta el final Heidegger reflexionó explícitamente sobre el método de la filosofía concebido como una lógica originaria.
El volumen tercero de Studia Heideggeriana recoge distintos estudios sobre el problema del método de la filosofía en la obra de Martin Heidegger. Todos los trabajos exponen diversos aspectos de esta lucha que Heidegger emprendió en los años veinte y que continuó durante toda su producción filosófica. De esta manera Studia Heideggeriana III se presenta como una contribución decisiva en lengua española y portuguesa a la investigación de un tema nodal de la obra de Heidegger.