Xosé Ramón Veiga (Universidad de Santiago de Compostela)
Rural frente a urbano, campo frente a ciudad, barbarie frente a civilización, anarquía frente a orden, gauchos frente a gente de «fraque»… El juego de contrarios es casi infinito y, metáforas mediante, podría continuar hasta la náusea. Pocos pares han dado tanto juego a la investigación como el que enmarca este trabajo de la profesora María Fernanda Barcos. Pero no es el único. Como mínimo, se podría añadir unitarios frente a federales, rosistas frente a antirrosistas, indígenas o «pueblos originarios» frente a «blancos/criollos» y, rizando el rizo, dentro del grupo de los opuestos a la herencia del omnipresente Juan Manuel Rosas, es también posible encontrar diferencias muy notorias. Y como telón de fondo, la cuestión de Buenos Aires, la ciudad por excelencia con sus casi 90.000 habitantes en 1853, sin rival económico posible por la ventaja que le proporciona su puerto y sus recursos aduaneros, y con un estatus en discusión permanente tanto dentro de su provincia homónima como de una nación aún en proceso de construcción física, política e institucional […].
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